No era la jornada marcada por Jesús Herrada (Cofidis) para conseguir el triunfo de etapa, y esto se hizo notar en la diferencia con la que llegó respecto al primer clasificado. El moteño afrontaba la etapa reina de los Pirineos tras haber intentado la escapada los dos días anteriores, por lo que una etapa de alta montaña no era el lugar más propicio para tirar de épica. Así, el conquense no estuvo en ninguno de los cortes en una carrera que dinamitó el español Mikel Landa y que obligó rápidamente a los favoritos a tomar las riendas de la etapa. En esta situación, el resto de ciclistas tienen poco que decir, más si lo que se busca son fugas desde lejos.
Al final, el esfuerzo de Landa, que llegó a gozar de más de 4 minutos respecto al líder, quedó en vano. En esas aguas turbulentas se movió como pez en el agua el esloveno Primoz Roglic (Lotto), que fue el más fuerte del grupo de favoritos en el tramo final. Su ataque a escasos kilómetros de meta le permitió zafarse del resto de aspirantes al triunfo, y se alzó en solitario con la victoria en Laruns, con Thomas, segundo, y Romain Bardet, tercero, a 19 segundos del esloveno.
Por su parte, Herrada perdió en esta etapa 32:05 minutos y entró a meta en el puesto 80. En la clasificación general, se coloca a 1:58:14 horas de Thomas, en el puesto 48. A falta de dos jornadas, solo una debacle le haría no batir su mejor clasificación histórica en el Tour de Francia, en la que cumple su cuarta participación y donde hasta la fecha había firmado el puesto 61 como su mejor actuación al finalizar la carrera.