Este domingo, Alejandro Valverde agrandó su leyenda y celebró, a sus 38 años, su primera victoria en el Mundial de Ciclismo. Inteligente, bravo y guerrero, el murciano supo leer la carrera a la perfección y mostró su experiencia en el tramo final del circuito de Innsbruck, para llevarse al sprint en una arrancada en los últimos 300 metros donde destacó su punta de velocidad, superior a sus compañeros de fuga. Sin embargo, mucho le debe Valverde a sus compañeros de selección, quienes cuajaron una actuación soberbia y permitieron que Alejandro llegara sin desgaste al tramo final. No solo eso, el trabajo de los otros integrantes de España hizo que se seleccionara el pelotón de tal forma que algunos favoritos se descolgaron.
Entre esos compañeros destacó la entrega de Jesús Herrada. El moteño volvió a demostrar que es un valor seguro cada vez que se enfunda el maillot nacional, y que con él en las filas, es más fácil cumplir objetivos. Salió a los ataques cuando tuvo que hacerlo, comandó el grupo con un ritmo infernal cuando así lo requirió, y con todo el trabajo encima aún fue capaz de llegar a meta en una más que honrosa 61ª posición. No es de extrañar que Javier Mínguez contara con él, y el ciclista conquense respondió satisfactoriamente a esa confianza.
Puede que haya rezagados que empiecen a conocer ahora a Jesús Herrada, merced a su portentosa actuación en la Vuelta a España y con su magnífico hacer en el Mundial de Innsbruck. Otros quizás recuerden que ha ganado dos Campeonatos de España, más otros tres bronces en esta categoría. Pero Herrada es mucho más que resultados.
Cada vez que ha ido convocado por España, ha resultado ser una baza a tener en cuenta. En este Mundial 2018, el combinado nacional tenía claro que el líder era Valverde, hecho que no ha sucedido en otras ocasiones, pero en otras citas ha sido Herrada uno de los grandes agitadores de España. Como sucedió en el Europeo de Glasgow, donde supo colarse en la fuga final y evitó las caídas en un circuito con el asfalto muy mojado. No pudo rematar su excelente actuación con medalla, pero firmó un cuarto lugar que demostró que no se arruga en las grandes citas.
En 2016 también dejó otra carrera para el recuerdo, con los Juegos Europeos de Bakú, donde volvió a ser cuarto. Pero suyo fue el esfuerzo necesario para que su compatriota, Luis León, se llevará el Oro.
Dos ejemplos de que Jesús Herrada es una realidad del ciclismo español, y que aspira con todas las letras a ser uno de los elegidos para los próximos Juegos Olímpicos (ya pudo acudir a Río 2016, pero una inoportuna enfermedad le dejó fuera). Sin duda, el mejor deportista de la provincia de Cuenca.