Después de la accidentada etapa de ayer en la que Jesús Herrada sufrió una caída que casi le aparta del Tour de Francia a primeras de cambio, el moteño tomó salida y completó la segunda etapa llegando en el puesto 113 a 7:41.
Llegaba el primer final en alto presenta con seis cotas, siendo la última el Muro de Bretaña, una recta de 2 kilómetros que presenta un porcentaje medio del 6,9%.
Theuns y Cabot se escaparon en solitario pero su aventura acabó a falta de 20 kilómetros cuando el pelotón se agrupó de nuevo.
Tomó el control Ineos y parecía que la etapa no tendría grandes sobresaltos. Pero Mathieu Van der Poel es uno de esos corredores diferentes que siempre apuesta por el espectáculo. A falta de un kilómetro atacó Nairo Quintana y no solo saltó Van der Poel, sino que hizo un cambio de ritmo que dejó a todos atrás para llevarse la etapa y vestirse de amarillo con ocho segundos de diferencia en la general sobre Alaphillippe.
Brutal exhibición del de Alpecin-Fenix que demostró sus grandes condiciones y fortaleza para romper la carrera con una facilidad pasmosa.
En cuanto a Jesús Herrada, rodó dolido y magullado para llegar el 113 sumando otros 7:41 a los 9:32 que se dejó ayer.
El moteño ha decidido continuar en la vuelta francesa demostrando su pundonor y fijando ya completamente su objetivo en alguna aparición esporádica en etapa. En la general ya son 17:23 los que le separan del líder, pero después del fatídico comienzo de la primera etapa, ahora quiere reponerse, ir rodando y buscar su momento con el paso de los días.