La octava etapa del Tour de Francia se recordará por el tremendo ataque del esloveno Tadej Pogacar, a 32 kilómetros de meta en una jornada marcada por las varias cotas montañosas a superar. Una maniobra arriesgada, pero valiente, de esas que tanto encumbraron a este deporte en el pasado y que en los tiempos actuales costaba ver en los grandes favoritos. Sabedor de que tiene el Tour de Francia a tiro, Pogacar quiso aprovechar su buen momento de forma para poner más tiempo de por medio con sus perseguidores. Y le salió la jugada.
No venció la etapa, ya que el belga Dylan Teuns (Bahrein) marchaba por delante en una fuga formada en los primeros compases de la jornada y el esloveno no pudo darle alcance. Teuns se impuso al español Ion Izagirre (Astana) y el australiano Michael Woods (Israel) gracias a su ataque en la última cima (Le Grand-Bornand), a los que aventajó en 44 y 47 segundos respectivamente. Muy cerca se quedó Pogacar, a 49 segundos, pero con un botín enorme de cara a la general. Así, el esloveno pasó del quinto puesto al liderato y se enfundó el maillot amarillo con una importante ventaja respecto al segundo clasificado, el belga Wout Van Aert (Jumbo), que se queda a 1:48 minutos del nuevo líder. La tercera plaza es para el kazajo Alexei Lutsenko (Astana), ya a 4:38 minutos de la primera posición.
Por su parte, Jesús Herrada (Cofidis) sigue recuperando sensaciones tras la accidentada jornada inaugural del Tour de Francia. El moteño llegó en el puesto 75, a 28:41 minutos, en una jornada en la que la batalla estaba en otros frentes. El ciclista conquense consigue mejorar 10 posiciones en la clasificación general, por lo que ya se sitúa en el puesto 109.