La octava etapa de la Vuelta a España, de 166.8 kilómetros entre Valls e Igualada, volvió a contar con una fuga como protagonista. Si bien su aparente perfil llano podía hacer presagiar una llegada masiva, la realidad es que en su trazado había mucho desnivel que aprovecharon los corredores más combativos para buscar un triunfo parcial. De esta forma, se formó rápidamente una fuga de 21 ciclistas con nombres que saben moverse muy bien en esta clase de etapas, caso de Luis León (Astana), Dylan Teuns (Bahrain-Merida) o Sergio Henao (UAE Team Emirates). Y entre todos ellos, el moteño Jesús Herrada (Cofidis), quien estuvo muy activo desde el principio y que tenía en su compañero Nicolas Edet apoyo en la fuga.
El pelotón dejó hacer, sabedores de que la distancia en la general de los fugados con el liderato no hacía presagiar cambios en la tabla. Y si bien controlaron la ventaja, sí que los fugados vieron cómo la misma aumentaba con el paso de los kilómetros. Tanto fue así que a falta de subir la última ascensión de la jornada (el Puerto de Montserrat, de 2ª categoría y a 34 kilómetros de meta) ya gozaban de unos seis minutos que aventuraba que la victoria de etapa recaería en alguno de los fugados.
Herrada fue el encargado de tensar la carrera en la ascensión, si bien no pudo escaparse. Aprovechó su ritmo el americano del Trek Peter Stetina para adquirir más de medio minuto de distancia. El propio Herrada trató de que el grupo perseguidor no se durmiera y le dejara coger una importante renta, aunque sus intentos por acortar metros no recibían continuación por otros ciclistas. Finalmente fue el oscense del Euskadi Fernando Barceló quien siguió una de sus arrancadas para conectar con Stetina, mientras que posteriormente Herrada no quiso dejar que se marcharan y conectó con ellos justo a la hora de culminar el puerto. Su ‘calentón’ lo aprovecharon más ciclistas para enlazar en la bajada, y finalmente las hostilidades surgidas en la ascensión no sirvieron para disminuir el número de componentes de la fuga.
Bajada y llegada
Sin puertos de por medio y con más de seis minutos de ventaja, quedaba una nueva etapa de tan solo 25 kilómetros, con un pequeño descenso y posteriormente zona de llano con algunos repechos. Con la lluvia haciendo acto de presencia, se atrevieron Barceló, Ruben Guerreiro (Katusha Alpecin), Álex Aranburu (Caja Rural-Seguros RGA) y Martijn Tusveld (Team Sunweb) los que arrancaron en un peligroso descenso, mientras que Herrada se quedó en el grupo perseguidor junto a su compañero Nicolas Edet, que en esos momentos se colocaba líder virtual. Precisamente, Astaná permitió que se hiciera realidad y el Cofidis volvió a repetir hazaña un año después (en 2018 fue Herrada el que se colocó líder de una forma similar, en esta ocasión ha sido Edet).
En lo referente a la victoria de etapa y tras llegar varios ciclistas más a pelear por la victoria (entre ellos Edet y con Herrada descolgado), fue Nikias Arndt (Team Sunweb) el más rápido. Herrada llegó en el puesto 18 a 58 segundos.
Nuevo líder y subida de puestos de Herrada
Nicolas Edet se convirtió en nuevo líder de la Vuelta a España, con permiso de Astaná que dejó hacer. Da la casualidad que las tres veces anteriores, el ciclista que salió líder de tierras catalanas se convirtió en el vencedor de la ronda. Entre ellos, el pricense Luis Ocaña, quien se situó en primera posición tras el final en Igualada, allá por 1970, en la que fue a la postre su única victoria en la general de la Vuelta a España.
Por su parte, Herrada pasa del puesto 40 al 33 gracias a su papel en esta etapa.