Mota del Cuervo celebrará, un año más, el Día de la Llueca con una ruta por el pueblo, una comida en El Valle y degustando este típico bollo del domingo posterior al de piñata
La Asociación Amigos de los Molinos de Mota del Cuervo celebrará, un año más, el tradicional Canto de la Llueca, un bollo moteño. Este evento, muy significativo para los moteños, es una costumbre arraigada en la población que se celebra el domingo posterior al de piñata y que se remonta a la leyenda en la que unas personas acusaban a un moteño "de un robo, pero él decía que era inocente", cuenta Austión Tirado, presidente de la Asociación Amigos de los Molinos.
La historia continúa con un gallo que estaba allí y que "le quedaba nada para llegar al cocido", por lo que los que tenían cogido al moteño dijeron "si aquel gallo canta, te absolvemos. Y el gallo cantó", desarrolla Tirado.
De ahí viene el Canto de la llueca que los moteños celebran ahora gracias a que, en los años 90, la asociación molinera recuperó la tradición "y volvió la gente a subir a la sierra y los hornos a hacer lluecas" señala el presidente.
Una jornada repleta de actividades
La junta de la asociación, que se renovó hace algo más de un año, quiere que todas las familias del municipio celebren el Día de la Llueca. Por eso, los actos comenzarán por la mañana con una ruta por los lugares característicos de Mota del Cuervo. Después se hará una comida en El Valle y, por la tarde, se subirá a cantar la llueca a la Sierra de los Molinos. Allí, además, se dará un obsequio a quien vuele alguna cometa, una cosa que se empezó a hacer hace ya unos años porque "en la Sierra siempre hace aire". Y es que es normal ver en este día a gente volando la cometa en la Sierra de los Molinos, una costumbre que posiblemente empezara porque "la gente empezara a venir con las cometas", intuye Tirado. Por eso desde la Asociación Amigos de Los Molinos empezaron a dar unos premios significativos y ahora "lo que hacemos es que, el que vaya a volar la cometa, le damos un obsequio de aquí, de la tierra".
A todos los que suban a los molinos se les dará llueca y, a los 'chicotes y chicotas', bolillas de anís, para cumplir así con la tradición.