Catorce imágenes de once localidades conquenses se exponen durante este viernes en la seo conquense
No hay punto de la ciudad de Cuenca que concentre tanto arte en tan poco espacio como la Catedral. Una afirmación que es válida para cualquier época del año pero que alcanza una plenitud especial en este Viernes de Dolores. Durante toda la jornada el templo acoge expuestos catorce pasos que este sábado protagonizarán la magna procesión y posterior Vía Crucis con motivo del Año de la Fe. El horario de visita era de 11:00 a 14:00 horas en la sesión matutina y de 17:00 a 21:30 en la vespertina.
La girola de la Catedral muestra de manera única estas catorce joyas de la imaginería procesional procedentes de once localidades diferentes de la provincia. Al lado de cada paso un panel explicativo informa a los visitantes de las características y curiosidades de cada una de estas piezas.
La Santa Cruz de La Alberca de Záncara, La Oración en el Huerto de San Clemente; el Amarrado de Cuenca, el Ecce Homo de la capital; los Nazarenos de Mota del Cuervo, Tarancón y Huete; el Cristo de la Caridad de Priego; los Crucificados de Carboneras de Guadazaón, Villanueva de la Jara, Mota del Cuervo, Minglanilla y Almonacid del Marquesado; y el Yacente de Mota del Cuervo. Todos ellos han cambiado sus emplazamientos habituales por las altas naves góticas; las capillas renacentistas, los retablos barrocos y la luz abstracta de las vidrieras de la seo conquense.
Cientos de personas se han acercado ya para ver de cerca estos emblemas de la generación de muchas comarcas de la Diócesis.
A los pasos expuestos se unirá este sábado la Virgen de las Angustias del Santuario, que será trasladada pasadas las 22:00 horas de este viernes al Palacio Episcopal. Desde allí se unirá a la procesión que sale a las 9:00 horas de la Catedral y bajará, por calles como Alfonso VIII, Palafox, Puerte de la Trinidad, Calderón, Calle del Agua y Juan Corrocher al Parque de San Julián. Allí a las 13:30 se celebrará la oración del Vía Crucis, dirigida por el templete, José María Yanguas, junto a un joven.
