Muchos son los estudiosos y filólogos que se han acercado a la gran obra de Cervantes El Quijote y han aportado sus investigaciones. Casi todos los estudios que existen desde siempre los han realizado filólogos, tratando de explicar la obra desde el punto literario, olvidando muchas veces el contexto histórico y territorial de la obra, alejándola de las localizaciones reales que salen en la misma.
Ante estos trabajos a veces incompletos se abre la puerta de realizar una investigación arqueológica, histórica y documental de esos lugares reales mencionados en El Quijote. La investigación se centra en El Toboso (Toledo) y un margen de 50 km a la redonda y el Camino Toledo a Murcia también conocido como Camino de los Valencianos o de la Seda a su paso por la comarca de la Mancha. En este espacio geográfico se han documentado diversos yacimientos arqueológicos de distintas cronologías, que han ayudado a comprender el sistema de asentamiento y la reconstrucción del paisaje prehistórico de la comarca de la Mancha húmeda. De esta manera conocemos que el Camino Toledo a Murcia es una importante vía de comunicación desde la Edad del Bronce hasta el s. XVIII, poniendo en contacto el centro peninsular con el mar Mediterráneo; y que además era el camino elegido durante el s. XVI y XVII por los soldados que regresaban del norte de África, quizás por ello aparece en tan ilustre libro como el de Don Quijote.
Durante las investigaciones arqueológicas apoyadas con las documentales, se aprecia entre otras muchas cosas, que en el recorrido durante finales del s. XV hasta el s. XVII, la única venta- fortín con finciones de mesón y cobijo al viajero, era la de Manjavacas (Mota del Cuervo, Cuenca), que siguiendo la descripción de los visitadores de la Orden de Santiago, sabemos que era un edificio fortificado, junto al camino, de gran tamaño, donde se cobraba el portazgo, perteneciente al Comendador de Vejezate dentro de la Orden de Santiago, con actividad de mesón, habitaciones, porquerizas de gran tamaño, pozo en el patio…una construcción de gran tamaño con aspecto de fortaleza.
Excavando entre las páginas del Quijote
El pasaje del libro dentro del capítulo II del Quijote se cuenta así: "mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba". Perfectamente podría haber sido este un lugar para la inspiración de Cervantes y recrear este episodio.
Actualmente el lugar hoy se encuentra en el Complejo Lagunar de Manjavacas, no queda edificio en pie, pero si importantes indicios de actividad y ocupación entre los s. XV al XVII, por la gran cantidad de cerámica adscrita a esta cronología y el material constructivo perteneciente a una gran derrumbe. Junto a esta edificación se encontraba el poblado de Manjavacas y una dehesilla pequeña para la cría de ganado, ya que por el camino se cruza la Vereda de los Serranos, otra vía importante de la trashumancia y la Mesta. Este lugar se encuentra muy cercano a El Toboso a menos de 13 km, en el mismo Camino Toledo a Murcia, y con claros indicios de poder ser un lugar que sirviera para la inspiración de Cervantes a la hora de recrear el nombramiento de Caballero de su Don Quijote.