El velocista de Mota del Cuervo analiza una temporada en la que se ha proclamado subcampeón de España y el castellano-manchego más rápido en los 100 metros lisos
A sus 23 años, Alberto Calero Lara (Mota del Cuervo, 1998) ya se ha consolidado como uno de los atletas más prominentes del panorama nacional. Tras el pasado Campeonato de España Absoluto de Federaciones Autonómicas, celebrado en L´Hospitalet de Llobregat, en el que consiguió la victoria en los 100 metros lisos, el conquense ha cerrado un año cargado de superación. Tras dos periodos de lesión, Calero fue capaz de conseguir una medalla de plata en el Campeonato de España y alzarse como el récord en los 100 metros lisos de Castilla-La Mancha con una marca de 10.31 segundos. Antes de unas merecidas vacaciones, el atleta habla de su trayectoria, de las luces y sombras de la temporada y de las metas que se pone en un futuro.
¿Cómo empiezas en esto del atletismo?
Pues como muchos chicos en esto, yo empiezo jugando en Mota al fútbol, y ya entonces destacaba por la velocidad, corría mucho. Al poco me animé a probar con las escuelas deportivas y noté que se me daba muy bien. Recuerdo que no me gustaba mucho lo de correr largas distancias, pero sí me encanta la sensación de velocidad, eso me hizo decantarme por las pruebas de este tipo.
De Mota del Cuervo a Criptana, y de ahí al Playas de Castellón ¿cómo fue ese proceso?
Pues comencé a entrenar en Campo de Criptana porque tenían pista y podía seguir progresando al contar con las instalaciones necesarias. Ahí estuve varios años hasta que decidí estudiar fisioterapia en Valencia y busqué un club para seguir entrenando, pero nunca imaginé que entraría en el club “top” a nivel nacional e incluso europeo.
¿Cuál fue el mayor cambio cuando llegaste al Playas?
Recuerdo que me dije a mí mismo ‘las cosas se están empezando a poner serias’ (risas). Pasas de entrenar tres días en semana a cinco o seis durante dos horas o dos horas y meda. Pero más allá de ese cambio, he aprendido sobre todo, y a raíz de dos o tres lesiones importantes, a escuchar mi cuerpo y ser menos “cabra loca”. Saber cuándo debo seguir o cuándo debo parar al tener molestias y, sobre todo, aprender que el descanso es tan importante como el propio entrenamiento.
Las lesiones han sido algo que parecía que te aguaba la vuelta al atletismo tras la pandemia ¿cómo los has sobrellevado?Cuando tenemos una lesión parece que se nos viene el mundo encima. Luego con el paso de los días comienzas a tener otra mentalidad. Te dices a ti mismo que tienes que fortalecer esta o aquella zona para volver a estar disponible cuanto antes. En septiembre del año pasado me lesioné a tres semanas del Campeonato de España y trabajamos a contrarreloj. Hubo que sacrificar algún campeonato, pero salió bien. Y en enero estuve en un proceso de fortalecimiento, me centré en mejorar, tuve paciencia y me mentalicé en trabajar para el mes de junio, que era donde estaban las competiciones importantes.
Y recogiste los frutos a esa paciencia en Getafe con un subcampeonato de España que se decide por la foto-finish y donde haces marca personal y récord de Castilla-La Mancha ¿Cómo lo viviste?La verdad es que estaba muy contento por la marca y el puesto. Este ha sido mi primer año como atleta absoluto y conseguir plantarte en una final ya es considerable, pero lograr un subcampeonato fue una sensación increíble. Sabía que por las sensaciones que tenía iba a conseguir un gran resultado, las piernas me respondían bien y estaba muy motivado.
“Estoy muy contento por la marca y el puesto. Este ha sido mi primer año como atleta absoluto y conseguir plantarte en una final es algo considerable, pero una plata es increíble”
¿Tienes sensación agridulce de que todo se decidiera por esa foto-finish que te dio el segundo puesto?Para nada. Recuerdo estar en los últimos metros y mirar para el lado, cruzar la meta y pensar “no sé si he sido primero o segundo, pero que sea lo que tenga que ser”. Fue un momento increíble por la dificultad que conlleva.
Te subes al podio y, ¿qué se te viene a la memoria mientras tienes esa medalla de plata entre las manos?Pues te acuerdas de todo lo que has pasado para llegar ahí. De la familia y los muchos sacrificios que tienes que hacer. Al final soy un chico de 23 años que pasa la mayoría del tiempo entrenando y estudiando, no tengo mucho tiempo libre aunque siempre que puedo lo aprovecho porque también es importante desconectar.
¿Cómo sienta saber que, con sólo 23 años, ya eres un referente de la velocidad en Cuenca y Castilla-La Mancha?No pienso demasiado en eso. Yo siempre trato de hacerlo lo mejor posible, no sólo deportivamente, sino también como persona. Quiero ser un referente dentro y fuera de la pista por los valores que contiene el deporte, afrontar las cosas de la mejor manera tanto si son buenas como si son malas.
¿Qué expectativas te marcas de cara al futuro?No me pongo techo ni límites, porque no quiero obsesionarme con las marcas. Tengo muy claro que el objetivo es disfrutar. Si las marcas acompañan, bien, será para mí una victoria. Porque sé que si disfruto y trabajo, la marca llegará. Sí es cierto que, como meta, me gustaría representar a la Selección Española en algún campeonato.
¿Cómo afrontas lo que te queda de año?Pues estas próximas semanas voy a descansar sin olvidarme de trabajar la zona de Aquiles para fortalecerla. Luego comenzaremos a prepararnos de cara a la temporada de pista cubierta para comienzos de 2022, que esperemos que siga siendo tan bueno como esta.